Tras un tiempo de descanso y desconexión, los maestros vuelven a poner sus relojes en marcha el 1 de septiembre. La decoración del aula, los horarios, las reuniones virtuales de inicio de curso, la planificación de clases, la disposición de las diferentes secciones del aula... la noria educativa vuelve a girar de sus manos. Y lo que ellos hagan (o no hagan), piensen y decidan, planifiquen o dejen al libre albedrío, elijan o descarten, retomen u olviden tendrá consecuencias directas en su enseñanza y, por ende, en la educación que reciben sus alumnos. Iniciar el curso con la mente puesta en los retos que queremos cumplir y puedan surgir será clave para que podamos mejorar, innovemos y aprendamos de nuestra labor.
Nuestra profesión exige de nosotr@s mism@s la máxima responsabilidad.
Pero no trabajamos sol@s...
Nos acompañan nuestros queridos alumnos y sus familias.
Nos acompañan nuestros compañeros y Directores.
Nos acompaña el resto de trabajadores del colegio.
Y sobre todo...
Nos acompañan nuestros sueños. Aquellos que surgen del más puro amor por la docencia y el bienestar de nuestros alumnos y aquellos que tienen como objetivo formarles como personas felices, responsables y muy conscientes de su capacidad de inspiración y de actuación a nivel social y emocional.
Así que... si eres profe y estás leyendo estas líneas, confía en ti, en tus posibilidades de inspirar a tus alumnos y en lo que dicta tu corazón.
Miss Lidia
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