viernes, 29 de julio de 2022

Los cuentos infantiles

La importancia de los cuentos infantiles


La tradición de transmitir una historia a un grupo de personas es algo que nos acompaña desde los tiempos más antiguos. El ser humano ha tratado siempre de dejar huella en la historia y cada generación lleva consigo impregnada un conjunto de historias que le hacen diferente a las demás generaciones. 

Los cuentos que han sido creados para transmitir valores y pensamientos se han convertido a lo largo de los tiempos en el instrumento más potente para educar a la sociedad. A través de ellos, los niños se verán reflejados en las acciones o vivencias de los protagonistas y aprenderán a cambiar o mejorar e incluso mantener su actitud ante determinados aspectos de su vida y su trato hacia los demás.

Ya el ser humano prehistórico se valía de dibujos en las cuevas y su imaginación para contar historias y transmitir pensamientos y tradiciones así como cánticos. Quienes eran oyentes de aquellas historias que revelaban costumbres y tradiciones así como las labores del día a día se nutrían de estas narraciones que a su vez permitían al cerebro desarrollar muchas más conexiones neuronales. Y, a medida que el ser humano ha perfeccionado su lenguaje y su raciocinio, así han avanzado también las lógicas de los cuentos, que se han ido transmitiendo entre familias y grupos sociales con el fin de transmitir costumbres, pensamientos y vivencias transformadas en historias.

Hoy día, no solo son empleados viva voce por educadores y maestros para ensalzar valores o hacer pensar al alumno siguiendo las normas del corazón, sino que las familias se apoyan cada vez más en este recurso educativo tan célebre y a la vez tan en constante evolución y perfeccionamiento. Y existe una amplísima variedad de cuentos en soporte digital y en papel con los que podemos y debemos contar con el fin de transmitirles a nuestros niños los valores más importantes. 

Cuentos infantiles - Algunas recomendaciones


No todos los cuentos son adecuados o prácticos para todas las edades. Aunque hemos de ofrecerle al niño desde sus primeros meses una variedad de cuentos y libros para que pueda conocer distintas texturas, colores y temas y se rodee del mundo literario desde los inicios, es preciso distinguir algunos detalles importantes a la hora de elegir los cuentos para cada etapa y edad:

De 0 a 6 meses. 
Los cuentos que se introducen en esta etapa buscan crear primordialmente en el niño una experiencia sensorial que les permita recabar información del mundo que les rodea. Los bebés de estas edades tocarán los cuentos y éstos deberán ser suaves y fácilmente manejables por ellos. Lo que le llamará al niño la atención serán las formas y colores, las distintas texturas y los personajes de mayor tamaño, así como las páginas de espejo en las que ellos se vean reflejados. La serie de cuentos "Toca Toca" (Ed. Combel) es muy recomendable para niños de estas edades así como aquellos que son de fieltro o de plástico, para usar mientras se les baña. Debido a que son ejemplares que el bebé manipula mucho, han de ser cuentos que no se rompan con facilidad. 



De 6 meses a 12 meses.
En esta edad el niño ha ganado muchas metas y está empezando a comprender el mundo que le rodea mucho más deprisa. Su agilidad motriz ya se percibe, y maneja con mucha soltura sus cuentos. Los cuentos de cartón, cortos y llamativos (que tengan botones o suaves melodías o sonidos de animales, por ejemplo) les resultan atractivos y son muy adecuados para que su desarrollo sensorial se siga completando adecuadamente. Los cuentos de cartón, como por ejemplo "Oso Pardo, Oso Pardo, ¿qué ves?" (Eric Carle), son una perfecta opción así como los cuentos en los que aparezcan imágenes y sonidos que producen distintos animales. La repetición en los cuentos es una herramienta más de aprendizaje, siendo aquellos repetitivos una opción muy buena en esta etapa. Como ejemplo de cuentos que se basan en la repetición de elementos visuales ejemplifico los cuentos de la colección "De la cuna a la luna", de la editorial Kalandraka (podemos encontrar en diversos sitios web vídeos de estos cuentos cantados para aprenderlos como canción). Así mismo, la colección de cuentos de "Pepe y Mila" son perfectos para ellos.


 



12 a 24 meses.
El año de vida trae consigo la aparición de nuevas curiosidades por parte del niño, que busca en los cuentos ampliar su mundo imaginativo y conocer más acerca de su entorno. Los cuentos con música,  son una perfecta opción para los niños de 1y 2 años de edad. Les aporta conocimientos musicales, calma al escuchar la pieza musical y la ilustración, con todo un elenco de personajes que esbozan una historia o representan la canción. Del mismo modo, los libros sensoriales siguen siendo una buena opción siempre que estén adaptados a esta edad y se hayan vuelto más complejos o amplios en contenido visual. Los cuentos clásicos cortos o que representen historias breves y sean de cartón son también una buena opción para que ellos de manera autónoma pueda hojear, así como aquellos que les hagan aprender vocabulario. 

Los cuentos musicales son una perfecta opción para estas edades en las que el sonido y las canciones que acompañan a las imágenes les permite imaginar y aprender melodías.





24 meses.
El niño de 2 años de edad ya ha ganado una enorme destreza a la hora de hojear y seleccionar los cuentos que más le interesan. Puede estar enfrascado en la revisión de un cuento y no quererse separar de él o abandonarlo en un baúl porque ya no sea de su interés en un momento dado y luego volver a él días después. En esta edad, el niño selecciona obras que le transmitan algo en concreto, que protagonicen personajes que conoce o le resulten familiares, que esbocen situaciones cotidianas que reconoce de su día a día, que sean más extensos y tengan una pequeña trama muy bien reconocida o incluso que presenten una amplia variedad de vocabulario. Debido a que es en esta edad cuando generalmente la explosión del lenguaje ya se está desarrollando activamente, los educadores deben valerse de este grandioso recurso para hacer al niño aprender a través de los cuentos más y más palabras que añadir a su vocabulario. 

Además de su propio contacto con el libro, el niño pedirá en muchas ocasiones que el adulto lo lea en voz alta. Esta será sin duda la mejor ocasión para mostrarle que le dedicamos todo el tiempo del mundo y ellos percibirán a través de la lectura nuestras emociones y sentimientos, además de aprender vocabulario y contenidos que también representan emociones vividas por los personajes protagonistas.

Los  libros de cartón de pequeño tamaño siguen siendo una perfecta opción para que ellos hojeen de manera autónoma y relacionen sus experiencias diarias con las de los personajes. 





3 años. 
El niño de 3 años ya tiene un vocabulario aceptable y conoce el funcionamiento general de su vida cotidiana y familiar. Por este motivo, cuando ojea un libro puede ir verbalizando lo que va sucediendo en la historia e incluso dando sus propias conclusiones al respecto con su expresión gestual y corporal y sus palabras. En esta edad, el niño trata de hojear con cuidado las páginas y sabe que los libros han de tratarse con cuidado ¡aunque a veces sigue usándolos sin controlar su fuerza!.  






A partir de esta edad, los niños aceptarán prácticamente cualquier historia que muestre una introducción, nudo y desenlace claros y no muy extensos. Las páginas llenas de color y los libros interactivos son una perfecta opción.



A partir de 4 años hasta 6 años.

Ya asentados en esta etapa, ha pasado por las manos del niño una gran variedad de cuentos. Ya es mucho más selectivo y trata de buscar aquellos cuentos que le enseñan una moraleja vital o cuyas imágenes y recorrido llaman más su atención. Los clásicos siguen siendo una perfecta elección así como aquellos otros que traten de enseñarles buenas acciones y aspectos que debe mejorar en su vida diaria.

Las portadas de los cuentos y sus ilustraciones suponen una guía importante que deberán tener en cuenta educadores y familias a la hora de elegir un cuento, aunque muchas veces hemos de leer el cuento en profundidad y seleccionarlo cuidadosamente. 








Las emociones en todos los cuentos serán el elemento principal que hará que la noria del pensamiento crítico y los sentimientos afloren y crezcan en los más pequeños.




lunes, 4 de julio de 2022

La Creatividad Infantil

 Antes de mostrarte la definición de la palabra "creatividad" según la Real Academia de la Lengua Española, querría hacerte la siguiente pregunta: 

¿Cómo definirías tú la creatividad?


Personalmente, yo definiría la creatividad como la capacidad de transformar y de inspirar, de cambiar las cosas con fines positivos, la habilidad para crear soluciones inigualables y únicas, de solucionar problemas propios y de ayudar a otros para que solucionen los suyos, la posibilidad de ver las cosas de distinta manera que el resto y confiar en nuestra visión con el fin de que podamos conseguir nuestros objetivos, la facilidad de encontrar respuestas recurriendo a nuestra mente, la confianza en el pensamiento que nos influye a tomar decisiones, la creación  de la belleza artística, y una larga lista de aptitudes que se van simultaneando y se cogen de la mano. 


La creatividad en la etapa infantil es parte esencial del desarrollo de los niños y es nuestra tarea como profesores facilitarla y fomentarla, creando situaciones en las que se necesite ser creativo. 

Si logramos fomentar la creatividad desde edades tempranas y entrenar a los alumnos a conseguir sus objetivos siendo creativos, lograremos formar personas con una alta capacidad resolutiva.

Pero... ¿Qué es ser creativo?

Los niños por naturaleza son creativos. Tienen sus propias respuestas para preguntas muy trascendentales que a nosotros, los adultos, nos costaría siglos responder correcta y estrictamente acorde a nuestro código de madurez y de comprensión. Eso que para los niños resulta a veces tan fácil y liberador es ya ser creativo, y hablamos de niños de muy corta edad.

La creatividad no tiene límites y se desarrolla desde los primeros días de vida. La capacidad de crear soluciones ante problemas que se nos presentan en la vida ya nos hace ser creativos desde el nacimiento, pues en muy poco tiempo hemos de "crear" un código que solo entendemos mamá y papá y yo, adaptarnos a un entorno completamente hostil, desconocido y distinto al que conocíamos en el vientre de nuestra madre y sobrevivir casi sin poder abrir los ojos, valiéndonos primordialmente del olfato y el tacto y de nuestra constante llamada gestual e intuitiva hacia nuestros padres. 

Cada niño es creativo en su justa medida. Algunos son más ágiles en su creatividad (quizá la hayan desarrollado más), encuentran soluciones efectivas a sus problemas y se aventuran a proponer soluciones en los juegos en equipo. Pero todos ellos saben ser creativos a su manera y demuestran su mayor o menor creatividad en infinidad de situaciones durante el día, llegando incluso a ser creativos en la gestión de las emociones suyas y de quienes están a su alrededor. 

A través del juego infantil, podemos fomentar esta creatividad y para el niño será la ocasión perfecta de sentirse libre de crear y aportar ideas y soluciones. De una manera natural y experimental, el niño desprenderá sus propias conclusiones y soluciones a problemas que pueden repetirse en el futuro y así ir creando un gran "corpus de soluciones creativas" mental. 


                          Entrenando la creatividad. Caso práctico.

Para poder enseñar a nuestros alumnos a ser creativos primero debemos hacer un ejercicio nosotros mismos de serlo también. Hemos de convencernos de lo que supone ser creativo y tratar de serlo en nuestra práctica diaria para acercar al alumno a la creatividad que ya tiene por naturaleza. 

Con el fin de entrenar la creatividad, puedes tratar de ver las soluciones diversas que un mismo problema tiene. También puedes idear actividades originales que tus alumnos recordarán porque al hacerlas pusieron su granito de arena

Pide a tus alumnos que creen un arcoíris. Les indicas que pueden usar el material que deseen. Pero tienen que crear un arcoíris y éste ser medianamente reconocible. Los más independientes, si son lo suficientemente mayores, pintarán un arcoíris; otros lo elaborarán con plastilina o arcilla; algunos, si son muy pequeños (con mucha ayuda de mamá y papá), lograrán un mix de colores en témpera, y otros, de alma más investigadora y aventurera, pedirán hacer algún experimento con colorantes alimenticios. 

Incluso habrá algún arcoíris que no parezca un arcoíris a nuestro ojo adulto...pero sí haya sido creado con la intención de ser visto como arcoíris y lo sea en toda regla para su autor :) 








¿Todos ellos son arcoíris? 

¡Sí! 
Entonces la creatividad de cada obra maestra será el granito de arena que hace que cada arcoíris sea diferente a los demás y que lleve impregnada una pincelada de la personalidad del creador.

¡El ojo de quien analiza y recibe el trabajo debe ser creativo también!


La definición.

La creatividad es definida por la RAE simplemente como "la facultad de crear" o la "capacidad de creación". 

Como ves, la creatividad entraña la facultad de crear. Pero no se reduce a eso en realidad porque cuando se es creativo se crea y se crece, se inspira a otros, se solucionan problemas, se consiguen metas, se aprende, se buscan nuevas soluciones para problemas similares, se crean recuerdos.

La creatividad es todo lo que la mente necesita para ser enriquecida y moldeada a nuestra personalidad. 


¡Tu turno!

¿Dirías que todos tenemos creatividad? 
¿Cómo la podríamos fomentar? 
¿La fomentas conscientemente en el aula?
¿Es importante ser creativos? 
¿Se puede dejar de ser creativo?
¿Somos más creativos en equipo o individualmente?
¿Eres consciente de tu propia creatividad?


El dibujo infantil


A través del dibujo infantil pueden detectarse aspectos del bienestar emocional del niño: sentimientos ocultos en el niño, momentos que le dejaron marcado negativa y positivamente, si es feliz o demuestra cierta tristeza vital, si tiene ilusión o si el niño parece sentir poca ilusión en su vida, si consume mucha tecnología o tiene una vida enriquecida en conversaciones, si prefiere los colores claros y suaves que recuerdan a la calma o prefiere los fuertes y oscuros, si siente su unidad familiar sólida o si la siente separada, si identifica signos de enfado y tristeza a su alrededor o si percibe un entorno feliz. 


Edibujo infantil es una de las mejores muestras de expresión de los niñosDada su importancia en el entendimiento del desarrollo del niño, el dibujo infantil entraña un vital elemento en su estudio e investigación.

Desde pequeños, la experimentación con el color es algo que nos atrae. Las formas que toman los trazos hechos con los dedos nos trasladan a la cueva prehistórica, a lo más antiguo de nosotros mismos, en la que sus habitantes expresaban determinados aspectos de su día a día. El bebé que desliza sus dedos pintados sobre el papel o cualquier superficie se fascina por el resultado que produce esa mezcla de color del que es autor. A medida que se va avanzando en el desarrollo, el dibujo se vuelve más y más sofisticado y preciso, y busca representar lo que el niño ve y de lo que se rodea físicamente y en su mente e imaginación.


Muchos autores e investigadores de la educación han estudiado las emociones y pensamientos infantiles e incluso descubierto determinados patrones de comportamiento que se anticipaban ya en los dibujos que hacían los niños. Viktor Lowenfeld (1903-1960) y Georges-Henri Luquet (1876 -1965) son los padres de esta investigación, quienes trataron de esclarecer las etapas del dibujo infantil y describir la evolución del dibujo en la vida del niño. Georges-Henri Luquet concretamente se basó en sus estudios en los dibujos que realizaba su propia hija e identificó 4 estadíos o etapas de evolución del dibujo infantil de menor a mayor edad (realismo fortuito, realismo frustrado, realismo intelectual y realismo visual). C. Burt (1921) afinó esas etapas añadiendo alguna más (garabateos y líneas en los comienzos y represiones y renacimientos artísticos en las edades más superiores). 

Actualmente y teniendo en cuenta las contribuciones anteriores,  se distinguen 3 etapas principales:

1 - Garabateo (1 a 4 años)
2 - Etapa Preesquemática (4 a 6 años)
3 - Etapa Esquemática (7 a 9 años)


Muestras de Dibujo Infantil

El bebé de un año que está siendo estimulado en la creación a través de la pintura comienza realizando trazos sin control, de un lado a otro, sin elección consciente del color. Estos trazos son rápidos y varían de fuertes a tenues dependiendo de la prensión que emplee el bebé y su agilidad y motricidad fina. 




Cuando el bebé alcanza los 2 años y medio de edad, ya se pueden intuir elementos y formas concretas y los círculos y líneas están mejor definidos. Los colores se siguen usando sin una intención concreta (aunque pueden reflejarse ya algunas elecciones de color y preferencias cromáticas) y se va perfeccionando el trazado. En algunas ocasiones incluso pueden ya aparecer monigotes o figuras que tratan de imitar a la figura humana. 




Con 3 años el niño sigue perfeccionando su capacidad artística y precisa más su dibujo. Aparecen figuras humanas y en los casos en los que el niño muestra más agilidad artística incluso se distinguen las partes de la cara o elementos naturales como el Sol. 

A los 4 años el color se selecciona con mucha más intención y se dibuja a la familia, lo que el niño ve a su alrededor (casas y árboles), animales y elementos climáticos. Fundamentalmente, lo que encuentra en su entorno más próximo, aunque también comienzan a mezclarse elementos mágicos o fantásticos con los más reales. 



A los 5 y 6 años el dibujo ha alcanzado un grado de detalle muy notable y ya se distinguen mejor los rasgos de la cara y sus expresiones, se añaden pequeños detalles a las prendas de vestir o los peinados, se detalla más el coloreado y se amplía la temática artística. Se representan momentos importantes, situaciones concretas, fiestas y celebraciones. Y también representan, sin ser conscientes realmente, una situación de ruptura familiar o de tristeza. Los dibujos a esta edad surgen naturalmente con la voluntad de ser coloreados; si no hubiera color en ellos, esto puede ser un signo de apatía o de poca ilusión.





Los  niños necesitan valerse de su creación artística para transmitir sus emociones cuando aún no encuentran las palabras para hacerlo y es evidente que el dibujo simplifica su pensamiento y recoge sus ideas aunque aún no sean capaces de describirlas, sobre todo en las primeras etapas. 

El dibujo infantil nos demuestra la enorme capacidad humana de transmitir a través de la creación y del arte, un motor que siempre nos ha acompañado como seres humanos (desde la cueva prehistórica y por tanto está en nuestros genes más ancestrales) y que se repite generación tras generación demostrando las increíbles capacidades expresivas que hemos ido desarrollando, ampliando y perfeccionando a lo largo de nuestra evolución como seres humanos. 

(Imágenes cedidas por las familias)